Se salvó porque la bala pegó en un paquete de chicles: "Tengo bronca porque nadie hace nada"

Así se manifestó el empleado del kiosco que está a 600 metros del Estadio Mundialista de Mar del Plata. El hombre evitó al robo luego de arrojarles gas pimienta a los delincuentes pero de milagro no resultó herido. Fue el sexto robo en lo que va del 2024.

El paquete de cicles donde impactó una de las balas. Foto: 0223.

16 de Abril de 2024 12:55

Por Redacción 0223

PARA 0223

Tal como adelantó 0223, este lunes 15 de abril no fue un día más para Cristian, el empleado de un kiosco de avenida Peralta Ramos al 700 que evitó un robo a mano armada, solo con gas pimienta. Alrededor de las 14, dos hombres le exigieron la recaudación y se defendió arrojándoles el aerosol en el rostro. Sorprendidos por la vehemente acción, uno de los delincuentes le efectuó al menos dos disparos y una de las balas fue "atajada" por un paquete de chicles.

"En lo que va del año ya nos robaron 6 veces y con armas. Y esta vez fue igual, pero gatillaron dos veces. Toqué el botón antipánico pero no funcionó. La policía vino porque una señora escuchó los tiros y llamó al 911. Acá estamos solos, no hay seguridad y siempre pasa algo acá en esta cuadra: sino es la panadería, somos nosotros, sino los chinos. Pero siempre a alguien le están robando en esta cuadra", lamentó el comerciante del local, ubicado en la continuación de Independencia entre Irala y Ortiz de Zárate, a tan solo 600 metros del Estadio José María Minella.

"Disparan y le pegan a los chicles, por eso no me da a mí"

En declaraciones a 0223, Cristian recordó como fue la secuencia. "Uno de los malvivientes me pidió plata, no reaccioné y ahí me tiran el primer tiro, que le pegan a los chicles y por eso no me da a mí. Entonces yo ahí manoteé el gas pimienta y le empecé a tirar a ellos. Primero al que estaba enfrente, el que tiró el tiro, y después al que estaba al lado. Cuando se están yendo ya con el efecto gas pimienta, me apuntó como para tirarme y como no pudo, tiró para arriba, pegó por ahí, pero no me pegó a mí. Luego hirió a su secuaz", dijo.

Ante esta dramática situación, la dueña del local le pidió que lo cerrara durante el resto del lunes. A  menos de 24 horas después, los nervios del hombre aún no se calmaron. "La verdad quedé muy alterado, porque ya me da bronca. No me siento seguro, no me siento cuidado. Siento que acá puede venir cualquiera a hacer lo que quiere y no tenemos seguridad para nada. No tengo miedo, tengo mucha impotencia, mucha bronca".