Certezas, incógnitas y presunciones, a 2 meses del cierre de listas

El cronograma electoral ya comienza a presionar para que se tomen definiciones. En Mar del Plata hay algunas cuestiones resueltas, pero muchas más están en una nebulosa. Éste es el panorama. 

¿Qué nos encontraremos en el cuarto oscuro?

22 de Abril de 2015 20:21

El 22 de junio la Dirección Nacional Electoral oficializará las listas que competirán en las elecciones Primarias del 9 de agosto. Faltan exactamente 60 días para que el panorama electoral se clarifique. Hoy hay algunas certezas, varias incógnitas y un sinfín de presunciones de todo lo que puede pasar en los próximos 2 meses.

Hagamos un ejercicio: de un lado pongamos todos los candidatos que están en danza y del otro, los partidos políticos. ¿Quién se atreve a unir unos con otros y asegurar que así llegarán a junio?

El lunes Gustavo Pulti dio el último paso que le faltaba para confirmar que irá en busca de un tercer mandato. Primero deslizó su deseo de postularse ante un grupo de militantes que fue captado “casualmente” por un teléfono celular. Luego habló públicamente y dejó entrever que tenía ganas de competir, pero advirtió que es una decisión que debe tomar el partido en su conjunto.

Ahí salió a escena Santiago Bonifatti, presidente de Acción Marplatense, y convocó una asamblea partidaria para ungir al candidato a intendente. Todo este proceso terminó, como era de esperar, con la designación de Pulti como candidato del partido vecinal.

Más allá de la puesta en escena, hay una realidad innegable: Pulti es Acción Marplatense. Mientras el jefe comunal no había expresado su voluntad de ser candidato –y sobre todo mientras las encuestas la daban la espalda- surgieron los nombres del propio Bonifatti, Ariel Ciano, Leandro Laserna y Pablo Fernández como posibles sucesores. Pero una vez que el líder del partido tomó impulso ya nadie dudó de que él estaría al frente la lista.

Hay un dato que grafica la preeminencia que tiene el actual intendente en la estructura de AM: en 2013, por primera vez desde 1997, su apellido no formó parte de la boleta. En todas las demás su nombre se destacó en el cuarto oscuro.

Más allá de la confirmación, el intendente todavía juega al misterio acerca de su participación o no dentro del Frente para la Victoria. Es cierto que todavía falta para definir los frentes y que anticipar la jugada podría tener más perjuicios que beneficios. Pero Pulti ya dio repetidas señales de que su intención es participar de la Paso dentro de la estructura kirchnerista, incluso cuando los números del oficialismo no lo posicionaban tan bien como hoy. Así, se hace difícil imaginar qué puede pasar para que el intendente cambie esa decisión.

Enfrente estará el embajador en Venezuela Carlos Cheppi. En su última visita a Mar del Plata lanzó la campaña: afiches con el lema “El candidato es el proyecto” y un acto para la militancia kirchnerista. ¿Cuándo desembarcará definitivamente en la ciudad? La pregunta, obligada por cierto, encontró respuesta en las últimas horas. “Con la situación en Venezuela un poco más calma, ya se está trabajando para buscarle un reemplazante y que pueda venir a Mar del Plata”, confiaron desde el entorno del exministro de Agricultura.

El panorama en este sector se disipa más cuando pareciera ir definiéndose la situación nacional y provincial. Daniel Scioli y Florencio Randazzo se posicionan como los precandidatos presidenciales; Diego Bossio y Julián Domínguez, como los contendientes en la provincia y la ecuación se completaría con Pulti y Cheppi.

La incorporación de Rodolfo “Manino” Iriart al gabinete municipal es una muestra del lugar en el que se parará Pulti en la puja mayor. En la provincia, la balanza parece estar más pareja, pero se inclinaría levemente hacia el presidente de la Cámara de Diputados.

A esas (casi) certezas se le contrapone la situación de los otros dos candidatos que más miden en Mar del Plata: Vilma Baragiola y Carlos Fernando Arroyo.

La Convención Nacional de la UCR le dio a Vilma el paraguas para poder trabajar formalmente con el macrismo. Ya exhibió fotos con Guillermo Montenegro, María Eugenia Vidal y el especialista en medioambiente Juan Vilallonga. Siempre, a su lado, estuvo Juan Aicega, referente del Pro marplatense.

Esto abre algunos interrogantes que se develarán en los próximos dos meses. Vilma apuesta a ser la única candidata de este frente conformado entre la UCR y el Pro. Y algunos dirigentes provinciales y nacionales trabajan con ese fin. Pero nadie se atreve a garantizar que lo lograrán: Gustavo “Tato” Serebrinsky y Emiliano Giri no abandonan sus aspiraciones de competir en agosto en esa misma estructura.

Ambos están lejos de la expresidenta del Concejo Deliberante en las encuestas, aun con los puntos que resignó Baragiola desde su resonante triunfo de 2013 hasta hoy. El affaire con Camioneros, la denuncia acerca de cómo obtuvo su licencia, sumado a otros escándalos que no la involucran directamente pero sí la salpican (el caso de Mariano Castellucci y la actual polémica por la incorporación de un concejal trucho) dañaron su imagen y, aunque no la dejaron fuera de carrera, sí la bajaron del pedestal triunfal en el que se subió en 2013.

Solo un (nuevo) escándalo de proporciones podría hacer que Vilma perdiese una Primaria con Serebrinsky o Giri. Más allá de eso, tener que competir con otra lista en agosto no es lo ideal para la exdiputada nacional. Sus dos rivales, cuanto menos, la someterán a una puja que la desgastará. Ninguno de los dos le tiene demasiada estima.

En este ejercicio ficticio hay un nombre que es el más difícil de unir a un partido político: Carlos Arroyo. El líder de la Agrupación Atlántica tiene una particularidad, cuanto menos, peculiar. No importa bajo qué escudo o acompañado de quién vaya su nombre, él arrastra un caudal de votos que lo vuelve tentador para más de un político provincial y nacional.

Hasta hace algún tiempo, todos los ubicaban en el Frente Renovador. En las últimas semanas, varios aventuraron que competiría con Baragiola en el frente UCR-Pro. “Va para un lado, va para el otro, pero va a terminar con su boleta de Agrupación Atlántica. No le va a regalar sus votos a nadie y va a hacer lo mismo de 2013: acordar con alguno para repartir la boleta juntos”. El razonamiento de un actor de la política local tiene algo de hartazgo por el andar zigzagueante del exzorro gris, pero, a la vez, mucho de probable.

El Frente Renovador, con Sergio Massa retraído en las encuestas, no parece ser el mejor destino para alguien que busca un trampolín, no una mochila. Y el frente de radicales y macristas supone el riesgo de enfrentar una Paso muy competitiva y perderse la final de octubre. Además, hay un dato no menor: el entorno de Arroyo es, por decirlo de algún modo, complejo. “Él te puede decir algo, pero después todos los que lo rodean hacen lo contrario”, grafican quienes ya vivieron esa experiencia.

El empresario Javier Faroni ya superó una barrera invisible que muchos le habían puesto. “Después del verano, abandona todo y se va a su casa”, aventuraban. Sin embargo, sigue en carrera y decidido a llegar hasta el final. Lejos de ser el dirigente que más votos le puede garantizar a Massa tiene algo que lo distingue de todos los que intentaron estar en su lugar: línea directa con el jefe del Frente Renovador.  

Otros tres dirigentes ya expresaron su voluntad de ser precandidatos a intendente: Guillermo Schütrumpf, Pablo Aceto y Alejandro Martínez. Los tres –además de los votos propios- se disputarán el voto progresista, disconforme con el kirchnerismo y con el brusco giro a la derecha que pegó el radicalismo.

En dos meses, todas estas especulaciones se ratificarán o se tirarán a la basura. Parece poco, pero es una eternidad.