Unión ganó mejor de lo que indica el resultado

El descuento en el cierre y el sufrimiento final, no muestran lo que fue el desarrollo del triunfo “celeste” sobre All Boys por 2 a 1. El conjunto de Noto volvió a sumar de a tres en casa.

Leo Formaggioni arranca el festejo del segundo gol. El marcador central ganó en las alturas y metió un cabezazo perfecto. (Fotos: Diego Berrutti)

25 de Marzo de 2015 22:38

Por Redacción 0223

PARA 0223

Había que ganar, y ganó. Debía mostrarse a sí mismo que tenía personalidad para salir del duro golpe que significó el 0-4 con Patronato, y lo hizo. Unión se reencontró con el funcionamiento que había tenido en el inicio del campeonato y fue claramente superior a All Boys, pero el cansancio y la relajación en el tramo final del encuentro, le impidieron ganar con más comodidad y terminó festejando por 2 a 1, sufriendo y sacando como podía los embates aéreos de la visita. Lo más preocupante, la lesión de Luciano Mazzina en la rodilla izquierda.
 
Después de la dura derrota en Paraná, Unión tenía la rápida revancha con All Boys y salió decidido a plantarse en el campo de juego y tomar el protagonismo. El conjunto de Floresta no se había acomodado en el terreno, cuando Gastón Losa la tuvo que sacar del fondo del arco. La empezó Nico Ramírez por la derecha, la siguió su “tocayo” Castro por el otro sector, el centro fue despejado por la defensa y le quedó a Emmanuel Giménez que hizo gala de su pegada para sacar un derechazo que se desvió en el camino y terminó siendo el 1 a 0 para el equipo de Gustavo Noto.
 
Era fundamental empezar de esa manera y retomar la tranquilidad. Por eso, Unión comenzó a hacer lo que acostumbra, mover bien la pelota, circularla y buscar la mejor manera de llegar al arco rival. Lo de All Boys era flojo, no podía acercarse a Pedroso y apenas lo hizo con algún disparo desde afuera del área que contuvo sin problemas el arquero.
 
El encuentro era aburrido, porque Unión estaba cómodo y la visita no tenía ideas. Una de las cosas que más había padecido el “celeste” en lo que va de la temporada, las pelotas aéreas en contra, lo usó como recurso a favor y estiró la ventaja. A los 20’, centro preciso de Nicolás Castro desde la izquierda, cabezazo en soledad de Leonel Formaggioni, de pique al piso, contra el caño derecho de Losa que se lanzó pero nada pudo hacer. 
 
Si con la ventaja mínima el partido estaba controlado, con dos goles de diferencia, mucho más. Los de Noto manejaban la pelota, controlaban el juego y no pasaban sobresaltos. Apenas un centro de Olego que Pirchio no pudo conectar con dirección, y poco más para la visita. Por su parte, cuando el local aceleraba, parecía que podía estar el tercero. Wilson Albarracín quería su gol pero no podía con el arquero albo. Primero recibió una asistencia de Ramírez, lo quiso gambetear por afuera, el “uno” se dio cuenta y lo tapó en la definición. En la siguiente, probó desde afuera y otra vez respondió el arquero.
 
Terminó mucho mejor la etapa el local, sin problemas, con todo controlado y yendo al vestuario entre aplausos, dejando de lado los fantasmas de tres días antes.
 
El complemento parecía estar demás. Demasiado poco de un All Boys que hace dos temporadas estaba en Primera División y ahora deambula por el Torneo Nacional, con algunos jugadores de dilatada trayectoria pero poco funcionamiento. El “celeste” aprovechó para aceitar el rendimiento y recuperar la memoria luego del “mazazo” en Paraná.
 
Además, pensando en que hay tres partidos en ocho días, pudo darles descanso a varios de los jugadores, que mostraron el cansancio lógico de una seguidilla en la que el descanso no es el necesario para afrontar encuentros de tanta intensidad. Y Unión lo pagó en el último tramo del partido, cuando estaba todo definido y parecía que no había lugar para sobresaltos. Una buena jugada de D’Angelo por la derecha y el anticipo de Pirchio entre el punto penal y el área chica, significó el 1-2 y el sufrimiento hasta el final.
 
Porque encima, antes del descuento, Luciano Mazzina sufrió una lesión en la rodilla y miraba los instantes decisivos desde afuera. All Boys, sin nada que perder, empezó a cargar y tirar pelotazos al área de Pedroso, por lo que el volante central, aún en una pierna, ingresó para desactivar las “bombas” aéreas. El pitazo de Carlos Córdoba desató el puño apretado y el desahogo. Unión tenía que recuperar la confianza, volver a ser y llevarse los tres puntos del Minella, para mirar de otra manera el horizonte.