“Mauricio Macri es el presidente que nosotros nos merecemos”

El periodista deportivo Fernando Niembro se mostró más comprometido que nunca con la candidatura de Macri, pero dijo que no quiere ocupar ningún cargo. También habló de fútbol.

27 de Enero de 2015 08:37

El periodista deportivo Fernando Niembro se metió de lleno en la campaña a favor de la candidatura presidencial de Mauricio Macri, aunque aclaró que no tienen intenciones de ocupar ningún cargo. "El tiempo dirá", deslizó. Cómo terminar con la violencia en el fútbol, el nuevo campeonato de 30 equipos, su relación con Menem y por qué el líder del PRO debería ser el próximo presidente de Argentina, fueron algunos de los temas que abordó en una entrevista con 0223 

-¿Cómo vivió el superclásico en el José María Minella?

-Si vos desplegás una fuerza militar como la que se desplegó ayer en Mar del Plata, se pueden ver partidos con las dos hinchadas, así que estamos ante una disyuntiva: o tenemos que poner una gran fuerza militar o nos quedamos nada más con los hinchas locales. Ese es un problema a resolver. Está claro que para que haya un clásico como el que se vivió ayer, sin problemas ni incidentes, tenés que aplicar mucho la fuerza de seguridad. Lo que a mí me rechina es que también tenemos que darle seguridad a los que son violentos; acompañarlos, trasladarlos como no acompañan ni trasladan al ciudadano común. Ningún ciudadano común tiene un cortejo de policías que tienen estos violentos declarados. Entonces, ahí hay una sensación de fiesta por un lado, y de amargura por el otro porque tienen un trato privilegiado que nosotros no tenemos.

-¿Cree que este año se podrá volver al fútbol con visitantes?

-Ayer Scioli dijo que a partir de julio va a permitir un partido por fecha con público visitante en la provincia de Buenos Aires. Para mí fue más un anuncio político que otra cosa, que algo que se corresponda con lo que pasa. Me da la sensación de que no, que los barrabravas son fuerzas sin control. El fútbol merecería que todos pudieran ir a la cancha pero hoy, con todas esas fuerzas descontroladas, el gobernador decide dejar un partido con visitantes como para que haya algo, pero no alcanza. Yo creo que debería haber una metodología contra la violencia que hoy no existe. 

-¿De quién es la responsabilidad de los barras? ¿De los clubes, del gobierno?

-Hoy, del Estado. En algún momento sí fue de los clubes pero se les escapó porque hoy ya se confunden los delitos. No es sólo el lugar de privilegio en una tribuna para tener ciertos negocios, ahora hay negocios por fuera, entonces a uno no le extraña que un club tenga cuatro barras violentas que se enfrentan entre ellas. Al margen del fútbol, hay negocios paralelos que tienen que ver mil situaciones y ahí tiene que estar el Estado y la Justicia. Lo único que pueden hacer los dirigentes del fútbol es una lista determinando quiénes son los violentos y por qué no deben entrar, pero el Estado debe controlar que no entren. Esto debe hacerse con fuerza y rápido porque cada vez son más.

-En algún momento se cargaba contra los dirigentes o los propios jugadores por financiarlos, hoy ya se habla de un negocio paralelo y millonario.

-Hay una dirigencia que en algún momento sí se ligó a ellos por una cuestión política, partidaria o porque les convenía. Hoy, cuando hablás con los dirigentes, saben que no es negocio estar al lado de la violencia. El argentino por naturaleza rechaza la violencia. Entonces, ahora tienen miedo. Raúl Games me dijo el otro día: “Yo le doy micros y entradas, o ¿querés que maten a mi familia?”. Por eso decía lo de la presencia del Estado, para apoyar a aquellos dirigentes o jugadores que se sientan solos.

El Estado y la Justicia son los responsables de que los barrabravas no entren a las canchas.

-En concreto, ¿qué debería hacer el Estado?

-Si vos aplicás todas las leyes, muchos de estos no podrían entrar a la cancha.  En la calle, es un problema de la Justicia Penal, pero en la canchas hay que aplicar la ley con rigurosidad. Hay leyes para avanzar en esta cuestión, después, cuando cometan delitos en la calle, ya sabemos que está todo caratulado en la Justicia argentina. Hay que actuar con firmeza. Es cierto que hoy la Argentina tiene otros problemas serios, difíciles, delicados pero me parece que este no se puede soslayar; no se puede no advertir que este es un flagelo que se come una pasión popular, como es el fútbol argentino. Si no, hay que pactar con ellos y pactar con la violencia no está bien, no es lo que hay que hacer.   

-Metiéndonos de lleno en el terreno futbolístico, ¿cómo cree que será el torneo de este año?

-Va a haber que dejarlo andar. De entrada parece rocambolesco: un juego político en el que Grondona cumplió a rajatabla lo que había prometido a las autoridades del gobierno de poner un paisano de cada pueblo; obligando a equipos muy modestos a tener que competir con equipos más importantes, con presupuestos que ya de arranque son una burla. Algunos van a pelear por el campeonato y otros van a tratar de no descender. Nueva Chicago, por ejemplo, tiene un presupuesto de 4 millones de pesos para todo el año, que es lo que le pagaban en el campeonato anterior, contra un rival que tiene 12, 13, 14 ó 15 millones más algún agregado que le puedan dar. Así arrancás desde una desigualdad notable. Nos parecemos cada vez más al campeonato español, donde tres juegan tres el título y los otros miran, son partenaires y hasta hacen el ridículo porque los golean todos los días.

No sé, va a haber que dejarlo caminar, aunque me da la sensación de que a mitad del año habrá clubes estrangulados económicamente. De hecho, el equipo de Misiones ha decidido trasladar los partidos a otra provincia porque dicen que en la propia, a la gente no le interesa el fútbol. Lo digo con todo respeto, pero es el equipo de una empresa de colectivos que tiene mucha influencia política y llegó ahí vaya a saber porqué circunstancia.  No sé cómo terminará, pero para mí, va a terminar mal.

- Incluso ya ha habido varios clubes y dirigentes arrepentidos.

-Es que ninguno estaba de acuerdo, el tema es que Grondona tenía poder tan absoluto que lo impusieron sin chistar porque todos tienen miedo de que después les pongan un árbitro que los bombee  o Les desayunen los jugadores en el Tribunal de Disciplina. Ahora Boca está protestando mucho porque después del partido con River por la Comebol, le suspendieron con tres fechas a jugadores por reaccionar de una forma particular, y ahora se quedan sin ellos para la primera etapa de la Copa Libertadores. Hay mucho temor y por eso digo que la Argentina debe recuperar la tranquilidad, la paz, en el sentido de que las cosas sean más justas y haya derechos y deberes y no hijos y entenados. El 99,9% de los dirigentes no quiere que este campeonato se juegue.

Al nuevo torneo hay que dejarlo andar, pero para mí va a terminar mal. El 99,9% de los dirigentes no quiere que este campeonato se juegue. 

-En todo momento hace referencia a cuestiones vinculadas al fútbol pero, sobre todo, a un problema social más grande. ¿Ya ha tomado la decisión de participar en política este año?

-Yo lo que hago es colaborar con la candidatura de Mauricio. Trabajo y charlo con la gente porque quiero expresar que para mí, Mauricio es el presidente que nosotros nos merecemos. Es un tipo coherente, de gran gestión y trasparente, y me parece que esas son las virtudes que se imponen. Es un hombre de apertura, de diálogo y me perece que viene un tiempo de afirmarnos en la tranquilidad, en la paz, de dar seguridad a los argentinos; de demostrar que es un país rico, seguro para las inversiones. Me parece que quien marca las expectativas para lograr eso es Mauricio y yo trabajo para eso.

-¿Cree que todas estas cuestiones o valores se perdieron durante todo estos años? 

-Muchos de ellos, sí. La seguridad, por ejemplo. Esta ciudad tan importante ha creado un cordón que, como en todos los centros urbanos, se mezcla todo. Me parece que todo eso hay que recuperarlo porque no se puede vivir en una sociedad donde no hay paz social.

Para cualquiera que quiera venir a invertir a la Argentina, las trabas económicas son una barrera, pero si además teme por su vida, es muy complicado. Yo creo que Mauricio tiene para los argentinos un plan como el que ha impuesto en la ciudad de Buenos Aires. Alguno dicen que Buenos Aires no representa el estilo de país que queremos porque es una ciudad de 3 millones. ¡No! Buenos Aires es una ciudad de 10 millones de 12, 13 ó 14 horas por día y a todos ellos hay que brindarles servicios, de los más elementales hasta los más delicados, como la salud.

Hoy, el 70% de la gente que vive en la Provincia, en la cuenca del río Matanza - Riachuelo, se atienden en hospitales de la ciudad de Buenos Aires. Es decir, Mauricio está demostrando con su gestión que no sólo se basta para atender los problemas de la ciudad, sino que también se basta para atender los de otras provincias.

-¿Cómo se fue su acercamiento a ese espacio?

-Lo conozco a Mauricio desde antes de que fuera presidente de Boca. Las cosas del destino nos unieron cuando era gerente de Fiat y en aquel momento me decía que quería ser dirigente de Boca. Yo le decía que estaba loco, que se iba a meter en un lío e iba a quedar escrachado como todos los demás. Pero le fue muy bien: en 12 años ganó 16 campeonatos, dejó un club floreciente. Hoy, la gestión de Mauricio en Boca se estudia en Harvard.

Alguna vez hemos tenido posiciones distantes pero siempre nos unió una relación de afecto porque encuentro en Mauricio valores que son únicos e imprescindibles, que tienen que ver con su capacidad para entender los problemas del país y su transparencia.

Después, cuando ya fue Jefe de Gobierno de la Ciudad, lo acompañé desde el lugar que se puede acompañar. Yo nunca fui militante del PRO, ni funcionario pero sí adherí. Yo soy alguien que vive acá y que quiere que sus nietos, que viven acá, se queden a vivir en Mar del Plata. Yo ya me estoy yendo de la vida, pero quiero que mis hijos y mis nietos se queden en este país y el tipo que les puede dar seguridad es Mauricio. No tengo miedo de comprometerme ni de decirlo porque sé perfectamente cuál es mi tarea, mi rol como periodista y como ciudadano.

-Ha ocupado cargos políticos en los ’90. ¿Tiene vocación de volver a hacerlo?

-Es una historia que tiene que ver con una cuestión familiar: mi viejo fue dirigente sindical en los años ’40 y a mí me quedó prendida esa historia. En la pieza de aquel conventillo en el que vivíamos se hacían reuniones políticas y yo, que tenía 6 años, admiraba verlos discutir. Yo tampoco soy un tipo indiferente y, durante el gobierno de Menem, le dije que yo quería ser periodista pero si tenía una crisis, yo le daba una mano. Estuve solamente un año, pero fue un año muy duro: hubo que poner en claro la situación de los medios del Estado, hubo mucha demanda económica y los gremios estaban muy atentos a todas las circunstancias. Después vinieron años de estabilidad, pero yo ya me iba. Menem me dijo: “Mirá que te vas a perder lo mejor”.  Entonces le aclaré que yo volvía a hacer lo que sabía hacer, por lo que me pagaban y mucho mejor que en el Estado.

-¿Todavía tiene relación con Menem?

-Lo veo de vez en cuando. Está ahí, como siempre, muy cariñoso. Me extrañan algunos de sus movimientos actuales, pero bueno…

-Hace poco hizo un apoyo explícito a Scioli.

- Sí, porque le tiene mucho cariño. Inclusive, Scioli nació en el menemismo, no hay vuelta que darle. Scioli, en el fondo, es menemista y eso no lo va a poder negar él ni nadie.

-Pero sabe que esa frase hoy podría ser utilizada en contra de Scioli…

-No, no creo que eso se corresponda; es una descripción de la situación. A mí me parece que todos ellos van a tener que rendir cuentas de por qué estuvieron donde estuvieron. Él algunas veces lo dice también y, ¿cuál es el problema? Si los que están hoy también estuvieron con Menen. Menem ahora fue puesto en la picota por una cuestión de conveniencia pero todos ellos convivieron con él durante un montón de tiempo. 

-Más allá de la conveniencia de pegarle a Menem, ¿cree que hay diferencias en cuanto a las decisiones de gestión?

-Sí, claro que hay diferencias entre el anterior rumbo y este.

-¿Y cuál le parece más acertado?

-Hoy, cualquiera que asuma el gobierno, va a tener que ver el estado de situación de cada una de las empresas porque daría la sensación de que hoy no son eficientes: tenemos una deuda enorme en Aerolíneas, un problema serio con YPF, las empresas de energía están en una situación delicada… Habría que repensar un poco la Argentina hacia el futuro y habría que ver qué piensa el mundo de nosotros. El Estado no debe abandonar funciones esenciales. Los países vecinos, por ejemplo, hacen un buen mix con la inversión privada y a mí me parece que este país no se puede dar el lujo de perderse de empresas que vengan a invertir, a dar trabajo y sacar sus beneficios.

En el fondo, Scioli es menemista, nadie puede negarlo. Menem ahora fue puesto en la picota por una cuestión de conveniencia pero todos convivieron con él durante un montón de tiempo.

-A esta altura de su vida, ¿no teme por las cosas que se digan por acompañar a tal o cual candidato? ¿O que lo tilden de “periodista militante”?

-De ninguna manera. Yo no creo en el periodismo independiente. Independiente de otros, a lo sumo. Ahora, la palabra “militante” está muy bastardeada, pero militar es una acción que se corresponde con la vida política de todos los pueblos.

-Hay muchos periodistas militantes que adhieren al gobierno de Cristina Kirchner pero no hay tantos que, como usted, reconozcan que apoyan a otros candidatos.

-Yo sé que aquellos que no confiesan su adhesión a otros candidatos que no son de este gobierno, van a tener opinión a partir del momento en que se vayan. No está mal, no veo cuál es el problema. Es mejor que yo diga que quiero votar a Mauricio Macri porque la gente sabe que cuando hablo, lo hago desde un lugar y no desde la indefinición del periodismo que está para donde se acomoda el sol.

-¿Tiene intención de ocupar algún cargo político?

-No, hoy no. El tiempo dirá. Aquí hay mucha gente que trabaja mucho y bien. El PRO tiene en la Provincia de Buenos Aires a dirigentes muy importantes; es un conjunto de hombres independientes, que vienen del peronismo, del radicalismo y son muy abiertos. Yo no voy a dejar de apoyarlos.

-Hay una propuesta de Ernesto Sanz para que haya una gran Primaria y todos confluyan en una gran fuerza contra el kircherismo. ¿Lo ve posible?

-Macri está abierto a conversar, a charlar. Vamos a ver qué dice el tiempo. El radicalismo ha sido aliado del PRO en muchas provincias. En la última elección de Marcos Juárez, el PRO se alió al radicalismo y fue una alianza triunfadora. Ahora en Mendoza también estamos trazando algunas líneas similares y me da la sensación de que en Córdoba estamos muy avanzados en una alianza que se ha hecho muy pública y que está integrada por el PRO, el radicalismo y el juecismo. En Santa Fe también estamos camino a unir líneas. No me extrañaría que en el escenario nacional o provincial también se dé esto.

-¿Qué diferencia encuentra entre Scioli, Massa y Macri?

-Scioli y Massa tienen que ver con el actual gobierno y Mauricio, no. Eso es muy importante porque la gente quiere un cambio. Las encuestas dicen que el 70% de los argentinos quiere un cambio y esta me parece una diferencia nítida. Después, al contrastar las gestiones, la de Mauricio es muy eficiente y en la provincia hay algunas carencias.