El día después de mañana

La extraña muerte de Alberto Nisman sacudió el panorama electoral de cara a las elecciones de octubre. El desafío de los que parecen beneficiados y el dilema de los que apoyan el modelo Nac&Pop.

21 de Enero de 2015 19:39

La muerte del fiscal Alberto Nisman cambia el escenario político en la Argentina. Todavía es prematuro aventurar las consecuencias que tendrá, pero no caben dudas de que el panorama de mañana no será el mismo que el de la semana anterior.

A simple vista, es un golpe para el kirchnerismo. Algún defensor del modelo nacional y popular dirá que la gente que salió el lunes a la calle jamás hubiera votado a un candidato K. Sin embargo, la extraña muerte del fiscal de la causa Amia les dio un motivo para reavivar las críticas a la presidenta y al modelo. Y los puso en el centro de la escena. No hay manera de ver en esa situación el vaso medio lleno.

Supone, al mismo tiempo, una ventaja para la oposición. Pero una ventaja camuflada de desafío: en las crisis más importantes del kirchnerismo la oposición jamás pudo encontrar la manera de potenciarse.

¿Quién se beneficia? ¿Sergio Massa? ¿Mauricio Macri? ¿Tomará más fuerza la propuesta de Ernesto Sanz de realizar una gran Primaria? Hoy, todo indica que si la oposición se une el kirchnerismo tendría pocas posibilidades de mantener el poder, pero unirse estratégicamente implica dejar egos e intereses particulares de lado. Y no ha sido justamente ésa la principal virtud de los dirigentes de la oposición.

El caso también pone en alerta máxima a varios laboratorios políticos. Mientras la mirada está centrada en Cristina Kirchner y los principales referentes de la oposición, aquellos que habían optado por atar su suerte a la del gobierno nacional estarán preguntándose ¿Y ahora?

La semana anterior, en el entorno del intendente de Mar del Plata Gustavo Pulti exhibían con orgullo el fuerte respaldo que recibió durante la inauguración de ExpoIndustria. Desde el kirchnerismo más duro representado por el ministro de Economía Axel Kicillof hasta el más moderado de Daniel Scioli, pasaron Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Alberto Sileoni, Lino Barañao, Débora Giorgi, entre otros.

Pulti y su equipo ya tienen tomada la decisión de jugar dentro del Frente para la Victoria y competir mano a mano contra Carlos Cheppi, que cuenta con el apoyo de un sector del kirchnerismo duro. “Somos un partido vecinal, pero no somos neutrales”, le dijo el jefe comunal a 0223 hace algunas semanas. Esa es la idea que busca transmitir Acción Marplatense de cara a las elecciones de este año.

¿La muerte de Nisman puede provocar un cambio en esa estrategia? Por lo pronto, prácticamente toda la actividad política en Mar del Plata quedó en stand by. Muchos dirigentes suspendieron sus recorridas de campaña a la espera de que el panorama se clarifique un poco. Será cuestión de leer gestos, de analizar discursos entre líneas y seguir con atención los acontecimientos de las próximas semanas para ver si la estrategia del pultismo pega un viraje y las gaviotas vuelven a ganar protagonismo.

Algo similar podría ocurrir en el sciolismo. Vilipendiado por su participación en la inauguración del Espacio Clarín, el gobernador Daniel Scioli y su equipo dejarán pasar algunos días para analizar cuáles son las heridas que deja la muerte de Nisman.

Así, este caso podría trazar claramente la línea que divide a aquellos que apoyan al gobierno por convicción, que creen que el rumbo elegido por Cristina -con sus aciertos y errores- es el correcto. Y los que se mantienen dentro del proyecto por estrategia electoralista: necesitan los votos kirchneristas porque a esta altura de la carrera es prácticamente imposible que disputen los votos “anti”.