Juicio por fraude fiscal: pidieron penas de hasta 4 años de prisión

Acusan a tres empresarios de haber usado el régimen de promoción para diferir pagos de IVA y Ganancias por cuatro millones y medio de pesos.

Los tres imputados durante los alegatos en Mar del Plata.

28 de Agosto de 2014 17:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

La fiscalía y la querella solicitaron penas que van desde los tres años y tres meses a los cuatro años de prisión para Victorio Américo Gualtieri, Saverio Gualtieri y Hugo Barreña, quienes integraban el directorio de la firma VAG S.A. Los empresarios están acusados de haber utilizado un régimen de promoción para lograr beneficios fiscales, a través de supuestas falsas inversiones.

Durante los alegatos realizados este jueves, el fiscal Julio Darmandrail, acompañado del fiscal ad hoc Carlos Martínez, pidió para Victorio Gualtieri 4 años de prisión, para Saverio Gualtieri 3 años y 3 meses y para Hugo Barreña, 3 años y 6 meses. Además, para los tres, solicitó la imposición de la pena de inhabilitación especial por el plazo de diez años, para obtener o utilizar beneficios fiscales.

Para la Fiscalía, los imputados, como integrantes del directorio de la empresa VAG S.A. “obtuvieron fraudulentamente los reconocimientos necesarios para gozar de los beneficios del régimen otorgados en el marco de la ley 22.021 de promoción industrial, a través de la simulación de inversiones efectuadas por VAG S.A. en las firmas Valle Oeste, Manantial Oeste y Agraonuez, inversiones que retornaron indebidamente a VAG S.A. vía préstamos”.

Durante el alegato se indicó que “los montos de esas inversiones simuladas fueron presentados a la DGI para lograr el pago diferido de impuestos a los que VAG S.A. se hallaba obligado legalmente a ingresar al Fiscal nacional por los ejercicios fiscales 1996, 1997 y 1998.

El carácter defraudatorio de las simuladas inversiones quedó probado por al menos siete hechos: el mismo día que se realizaba la inversión, se producía el reintegro del dinero en concepto de préstamos o mutuo; al momento de solicitarse los diferimientos impositivos las inversiones ya habían regresado al patrimonio de VAG S.A. Además, los movimientos bancarios se daban en La Plata, a pesar de que las empresas promocionadas tienen asiento en San Juan y coinciden los domicilios de la firma inversionista y las promovidas.

Otros elementos que permiten confirmar son la aparición de las mismas personas en cualquiera de las operaciones; los contratos de mutuo que documentan los préstamos carecen de fecha cierta y no son asentados contablemente hasta el cierre del ejercicio. Por último, ninguna de las sociedades, según sus estatutos, podría realizar actividades financieras que consistan en “dar o tomar dinero en préstamo”.

 

Aprovechamiento indebido

En esos años, el Estado Nacional tenía establecido el llamado “sistema de promoción industrial” a través del cual una persona física o jurídica podía diferir el pago de impuestos como incentivo a inversiones que efectuara sobre una empresa previamente constituida como beneficiaria de un régimen de promoción. El objetivo era estimular el desarrollo agropecuario en Catamarca, La Rioja, San Luis, Mendoza y San Juan.  Estos diferimientos impositivos consistían en que al momento del vencimiento de la obligación, se postergaba el pago del impuesto, a cambio de efectuar inversiones en empresas promocionadas.

El Ministerio Público sostuvo que se usó la firma Valle Oeste S.A. para simular una inversión de más de un millón de pesos, y así obtener el diferimiento del Impuesto a las Ganancias periodo 1996 por 800 mil pesos. Ese dinero, según consta en los registros contables, regresó a la cuenta de VAG S.A. horas después, en concepto de préstamo.

Con el caso de Manantial Oeste S.A., explicó Darmandrail, hubo una simulada inversión de más de 460 mil pesos el 15 de agosto de 1997, pero quedó asentado en el libro diario el regreso de esa inversión denominada “Devolución Manantial Oeste S.A.”, sin especificaciones sobre el movimiento contable de las acciones. Sin embargo, esta operación da sustento a la solicitud de diferimiento impositivo –presentado cuatro días después- por un monto de 346.138 pesos por el impuesto al Valor Agregado, correspondiente al periodo fiscal 7/97, fecha en la cual el monto invertido ya había regresado a la inversionista VAG S.A.

Un dato curioso: de los extractos bancarios, tanto de la cuenta corriente de VAG S.A., como de la promovida Manantial del Oeste, se desprende que tienen el mismo domicilio en la calle 7, de la localidad de La Plata. En la empresa Agronuez, en tanto, se invirtieron más de 4,5 millones de pesos el 21 de septiembre, mismo día en que se otorga un préstamo por el que retorna el dinero a VAG S.A.

Tres días después, se presentó el diferimiento del Impuesto al valor agregado periodo 8/98, por la suma de 3.410.950,55 pesos. Lo llamativo es que el cheque por 4.545.000 pesos de la firma Agronuez-por intermedio del cual regresa a VAG S.A. casi la totalidad del dinero que se pretende invertido en tal firma-, es librado por Hugo Barreña, director suplente de Agranuez, pero con sello aclaratorio de la empresa VAG S.A., de la cual resulta apoderado. Es el mismo Barreña quien surge firmando al dorso como receptor de VAG S.A.