Un marplatense que no le tiene miedo al Ébola

Conocé la historia de este original viajero que en pocos días partirá hacia el África, a conocer Uganda y Ruanda. 0223 estuvo con él y nos contó las razones de su pasión por estos destinos no “all inclusive”.

La capital de Kenia fue uno de los destinos elegidos por este turista poco convencional.

27 de Agosto de 2014 08:44

Marcelo Schiavon es un marplatense de 36 años que le encanta viajar. Pero no a esos destinos “all inclusive” sino a esos lugares “que nadie quiere ir”, como él mismo define. Perú, Venezuela, Sudáfrica, Kenia, Tanzania, India o Nepal fueron los países que visitó. Incluso, cuando fue a Venezuela, se fue a vivir con aborígenes del Delta del Orinoco. Pero sin duda que de todos los destinos exóticos que conoció, viajar al África, en plena alerta mundial por un nuevo brote del virus de Ébola, es lo que más inquieta a sus familiares y amigos.

“El otro día mi dentista me da un turno para una semana posterior a mi regreso de África. Y cuando se da cuenta, se corrige, tacha el turno y me dice: `mejor lo dejamos para un mes posterior´, cuenta entre carcajadas Marcelo, sabiendo que el período de incubación del letal virus son 20 días y luego de eso, “uno está sano”.

-¿Planeaste el viaje a Ruanda y Uganda antes de lo del Ébola o después?

-Hace 3 meses, pero no se habían difundido noticias sobre esta enfermedad. Recién hace un par de semanas se dio a conocer que el primer caso se dio en diciembre.

-¿Y no tenés miedo?

-Los focos de la enfermedad están sobre la costa del Atlántico y yo voy para el lado del Índico. A 1.800 kilómetros. Habrá que tener precaución…ya está…(se ríe)… Lo más peligroso es la malaria, que dos días antes de partir debo tomar unas pastillas y luego durante 30 días posteriores al viaje. No sé la cara que van a ponerme en el aeropuerto de Barcelona, a mi regreso de allá: `argentino y encima viene de África´ (se ríe nuevamente). Hay 100 millones de habitantes en la zona donde más casos hay y apenas 2000 personas murieron. Entonces el porcentaje es muy escaso. (Nota de la redacción: al momento de la entrevista aún no se habían detectado los 2 casos en la República del Congo, país limítrofe con Ruanda y Uganda).

-¿Cómo te manejas allá? ¿Estudias los destinos o “te mandas”?

-Nosotros contratamos una empresa española que te da la logística. Una de ellas se llama Rapanat. Estas te brindan de un móvil con el guía y un chofer. Y con ellos te movés porque sino es imposible. No tenés idioma y no sabés donde meterte, ya que ellos conocen la zona. Me pasó la primera vez que fui solo, a Kenia. Estuve en Nairobi, la capital. Durante dos días contraté un taxi y le dije al conductor: `llevame a pasear´. Y allá durante horas me crucé sólo con tres blancos. Hay muchos morenos, también muchos musulmanes. La presencia de Al-Qaeda, los numerosos atentados terroristas que ocurrieron allí... todo era super peligroso.

-Ahí si tuviste miedo…

- Sí, después de eso me asesoré mejor y busqué guías del lugar.

-¿Qué es lo que te atrapa de África?

Es hermoso. No sólo los paisajes. También es entender la vida de las tribus. Estuvimos con los Masai, que son altos y flacos. Son los que hacen ablaciones genitales a las mujeres. Tratas de entender cómo es su cultura. Se compran las mujeres por vacas. Pero si el hombre no da las vacas la mujer no se siente valorizada…Nosotros estuvimos con una ONG que luchaba contra todo eso. Y ellos nos decían que eran amenazados de muerte. Es difícil entender su cultura.

-La mujer es una esclava...

-Cuando el hombre moría, la mujer es expulsada del pueblo. Yo veía como el hombre está tirado a la sombra mientras ellas recorrían kilómetros a buscar agua, con su hijo en hombros, cargando peso. Y no entendían como nuestras mujeres usaban pantalones…Y yo no entendía que ellos tenían celular. Caminan dos o tres horas al pueblo para cargar los celulares, ya que ellos no tienen electricidad. La tecnología también les llegó.

-¿Qué esperas encontrar de este viaje?

-En Uganda vamos a la fuente del Nilo. Hay grandes comunidades de rinocerontes, hipopótamos. Ver a unos chimpancés de la selva. Y Ruanda es una experiencia más fuerte. Porque por un lado vamos a estar por selva dos días para ver a los gorilas de la niebla que miden 1,70 metros y están en extinción. Y también está lo del genocidio de 1994, donde aún hoy en las iglesias están los cuerpos. Pilas de huesos humanos. Los dejaron para demostrar que allí hubo esa matanza. Hay lugares abiertos con fosas comunes. Se mataron 800.000 personas en 5 meses y a machetazos. Es muy fuerte.

-Viste la película “Hotel Ruanda”…

-No la ví todavía y muchos me dijeron que la vea. Voy a tratar de verla.

-También te vas a encontrar con mucha pobreza...

­-Lo curioso que en esos países que visité, encima todo es privado: la educación, la salud. Un taxista me decía que juntaba plata para tener en caso de enfermedad de un familiar o si alguno de sus hijos quisiera estudiar. Hasta la educación primaria es paga. Lugares donde más lo necesitan, es todo privado.

-¿Cuándo venís acá es como llegar a un primer mundo?

-Todos me dicen que visito esos lugares para decir que acá se vive bien…

-¿Seguro que no tenés miedo?

-Me preocupa más la malaria que es muy común que el Ébola. Estamos lejos, hay que estar en contacto con un enfermo… En unos días voy con un infectólogo que me dice que vacuna tengo que aplicarme. Malaria, tifus, fiebre amarilla, siempre me vacuno por las dudas.

-Bueno a la vuelta te entrevisto pero telefónicamente…

-Bueno, no hay problemas. Tenés mi teléfono. 

 

 

 

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