Para guardar: video y crónica de los primeros festejos

Relato de la emoción de cada jugador de Aldosivi una vez consumado el ascenso en Córdoba, y nuevo video exclusivo de 0223 con imágenes de los emocionantes festejos dentro de la cancha. 

18 de Diciembre de 2014 20:24

La coronación con gloria en el deporte es sin dudas lo más lindo que puede pasarle a cualquier deportista. El trabajo de años, meses, semanas, llegando a buen destino merece un disfrute como el que vivió Aldosivi al alcanzar el ascenso a la primera división del fútbol argentino.

En la cobertura de 0223 en Córdoba, quien escribe dejó las altísimas cabinas de prensa del estadio de Instituto en los minutos previos al final del partido con Gimnasia de Jujuy. La atípica tranquilidad para Aldosivi del desarrollo del partido por tratarse de una instancia tan decisiva, permitió finalizar la crónica del transcurrir del encuentro con anticipación.

Al bajar por un ascensor que nunca llegaba, con el colega Víctor Molinero (Diario La Capital) llegamos a la parte baja del estadio, detrás del alambrado y el acrílico del banco de suplentes de Aldosivi. Como se muestra en la filmación, primero notando el inicio mismo del festejo, la emoción que fue embargando a los jugadores y especialmente a Fernando “Teté” Quiroz, el “mentor” de esta remontada fantástica del “Tiburón” para lograr el objetivo que parecía imposible.

Pitana “pitó” su pito, llegó el final del partido, y allí verdaderamente comenzó la felicidad de Aldosivi. Tras unos minutos de rogarle en vano a los férreos policías cordobeses que permitieran el acceso al campo de juego, pudimos ingresar a la cancha para registrar –de forma amateur- la inconmensurable felicidad de cada uno de los jugadores de Aldosivi.

Difícil describir esos instantes, porque transcurrieron rápidamente como una película. Era ver de un lado a los más pibes del club (Andrés Lópe, Ariel Bulasio, Jonatan Galván) llorar desconsoladamente. El río de lágrimas impactó mucho más al notarse en tipos “curtidos” en el fútbol.  Como el caso de Hernán Lamberti, que en una entrevista reconoció que empezó a llorar dos minutos antes del final del partido. El volante, que sufrió una durísima operación en la base de su ojo izquierdo y que aún hoy no tiene recuperada la totalidad de la visión, fue de los más emotivos. En una de esas, se acercó Ismael Quilez y a puro grito le expresó: “¡Vamos a jugar en la cancha de Boca, papá!”.

El film continuaba con Quiroz y unas lágrimas que también llevaban consigo el dolor por una pérdida familiar de semanas atrás. Pero luego “Teté” tomó su campera negra –cábala- y la empezó a revolear al ritmo de los cantos de sus jugadores. Se notó en cada abrazo recibido por sus dirigidos el afecto, el respeto y cariño que le tienen. Las antípodas de lo que sucedía con Alfredo Berti.

En otro plano aparece Pablo Campodónico, también llorando, y un fuerte abrazo con Ángel Vildozo. “Angelito hizo mucho para recuperar su rodilla y poder estar”, diría luego el arquero, quien tomó cariñosamente de los pelos al “9” para mirarlo de frente y felicitarlo. Campodónico apostó a jugar en primera con Aldosivi, y a los 37 años cumplirá su sueño, luego de frustrársele varias transferencias en años anteriores (Independiente, Racing, Banfield, Godoy Cruz).

También se los ven enloquecidos a aquellos que hacen el trabajo “detrás de escena” en Aldosivi. El más eufórico, Jorge “El Flaco” Lareu, utilero histórico y que bien sabe de sufrimientos en el club, como aquella final con Belgrano perdida en el ´98. También conoce lo que es un ascenso porque formó parte del plantel de 2005 que llegó a la B Nacional, justamente en Córdoba. 

Había mucha bronca y tensión acumulada en el plantel de Aldosivi. Por ende, la descarga emocional fue muy fuerte. Situaciones difíciles de las que fueron sobreponiéndose. Maltratos de algunos hinchas, también de algún dirigente. La supuesta facilidad para ascender a primera que daba el torneo (en la zona de Aldosivi, quedó en claro que nada era tan accesible) ejerció una presión inusitada sobre el plantel, que pudo ser sobrellevada por la presencia de jugadores con mucha experiencia en el fútbol. Ellos (Campodónico, Lequi, Carranza, Lamberti, Lugüercio, Vildozo, Díaz) fueron la esponja perfecta para que esa presión no terminara por ser destructiva.

Hoy Aldosivi festeja,  y bien merecido lo tiene. Un grupo de jugadores que estuvo a la altura de la exigencia, que supo enderezar el barco a tiempo, y que con personalidad se llevó por delante lo que le venía para poder llegar al ascenso. Nueve partidos en 38 días, lesionados, poco descanso, viajes, distancia de la familia, pequeñas piedras que fueron sorteadas con éxito.

La eterna pregunta, molestísima ya “¿por qué Mar del Plata no tiene un equipo en primera?” ya no será ejercida. Ojalá nos tengan que preguntar “¿por qué Mar del Plata, a diferencia de otras plazas, puede mantenerse tanto tiempo en la “A”?”.