Pidieron que Novoa reciba “una pena por debajo del mínimo legal”

La defensora oficial alegó que tuvo su “capacidad disminuída”. Solicitaron la absolución del otro imputado. La sentencia se conocerá el próximo viernes.

31 de Octubre de 2014 17:18

Por Redacción 0223

PARA 0223

Basándose en los resultados de algunas de las pericias que se escucharon durante el debate y que permiten suponer que tenía su “capacidad disminuida” durante los hechos, la defensora oficial Carla Auad solicitó que Juan Ignacio Novoa reciba una pena “por debajo del mínimo legal” por el crimen de Walter Farías. La sentencia será el viernes 7 de noviembre a la una de la tarde.

Novoa está acusado de matar a Walter Farías dentro de su local comercial en Alvarado casi Santiago del Estero en enero de 2012, delito –homicidio agravado- que prevé una pena de 10 años y 8 meses de prisión. Durante su exposición del miércoles, el fiscal Juan Pablo Lódola había solicitado que Novoa sea condenado a 13 años y 6 meses de prisión, mientras la representante del particular damnificado pidió el máximo previsto por el Código Penal, que son 33 años y 4 meses.

En su alegato –que se extendió algo más de una hora- Auad remarcó que Novoa “no estaba con el uso pleno de sus facultades ya que sufrió un síndrome disejecutivo” de acuerdo a varias de las pericias que los peritos presentaron durante el debate. Solicitó que se tengan en cuenta como atenuantes los buenos informes sociambientales, familiares, la evolución en su tratamiento en la lucha contra las adicciones y el arrepentimiento.

En el tramo final de su exposición, la defensora oficial cuestionó algunas de las cuestiones consideradas por la fiscalía como agravantes. A su entender no había una relación de amistad entre Novoa y Farías, ni la edad de la víctima puede considerarse como tal. Del mismo modo rechazó el pedido de la abogada del particular damnificado ya que “no introdujo elementos para considerar agravantes”.

Desde el comienzo del debate quedó claro que Novoa le disparó tres veces en la cabeza a Farías, que trasladó el cuerpo al baño del local y que lo descuartizó con una motosierra que compró poco después. Días después, y con la ayuda de su amigo Adrián Galluzo, trasladó los restos en un flete hasta el bosque Peralta Ramos.

El por qué de esa ayuda y el desconocimiento de lo que estaba trasladando, fueron los ejes centrales del alegato de Sergio Fernández, abogado del imputado por el delito de encubrimiento agravado. Ante los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale, solicitó la absolución por considerar que “actuó bajo un error de tipo”, por lo que no existió dolo.

Galluzo dijo siempre la verdad, cambió el recorrido del flete cuando se enteró lo que llevaban, le contó a un abogado sus sospechas y se presentó espontáneamente a declarar, indicó Fernández. “Nunca tuvo pleno y cabal conocimiento de lo que hizo, por lo que no puede considerarse que haya actuado con dolo”, señaló.

Luego de citar aspectos doctrinarios que fundamentaban su pedido, y de resaltar que los imputados actuaron “desde la lógica de los consumidores habituales de drogas”, el abogado pidió de manera subsidiaria que sea condenado a una pena menor del mínimo legal.